La tradición de festejar el Día del Amor o de San Valentín, data del siglo XX, y a tomado tal relevancia que se transformado en un evento de alcance mundial.
El primer antecedente concreto que se haya de este día como evento comercial nos remonta a los Estados Unidos en 1840, en el que una señora llamada Esther Howland inició su emprendimiento y su producto a vender fueron las primeras tarjetas postales de San Valentín.
La figura de San Valentín indica que fue un sacerdote que vivió en el siglo III. En aquella época, el emperador Claudio II, había prohibido el matrimonio a soldados profesionales, con el fundamento de que un guerrero casado y con familia no podría ejecutar todas sus habilidades en combate.
San Valentín yendo en contra de la voluntad de Claudio II, se atrevió a casar en secreto a los soldados, y esta desobediencia le valió la pena de muerte.
El amor es la respuesta, para establecer vínculos estrechos, para vivir en paz y armonía, y para mantenernos felices y sanos.
Según los expertos el amor es como una oción mágica que:
Fortalece nuestro sistema inmunológico y mejora nuestro ánimo, porque nuestro cuerpo libera mayor cantidad de endorfinas.
Reduce el estrés, porque disminuye el cortisol, la hormona que aumenta la tensión arterial.
Reduce el riesgo de enfermedades del corazón, porque se producen mayores cantidades de dopamina, oxitocina y norepinefrina.
Produce hormonas que mejoran el aspecto de nuestra piel, por lo que nos hace ver mejor.