Trabajadores del Hospital Ramos Mejía, ubicado en Gral. Urquiza y Agrelo, en el barrio de Balvanera, realizaron un paro de alto acatamiento que derivó en una notificación de reincorporación. De todas maneras, más de 150 enfermeros y técnicos corren el riesgo de perder puestos de trabajo.
Desde los distintos hospitales porteños se rumoreaba de que la baja de internaciones por covid-19, pondría en peligro los puestos de cientos de trabajadores y trabajadoras contratados de forma precaria por el Gobierno de la Ciudad para enfrentar la pandemia. Las renovaciones de contratos se resolvían mes a mes, generando una constante incertidumbre entre el personal. En las últimas horas se concretó el primer despido de un trabajador del hospital Ramos Mejía. Pero en medio del paro recibieron la notificación de la reincorporación.
“Comenzamos esta mañana un paro totalmente efectivo de 24 horas. Hicimos una gran asamblea en la puerta, con compañeros muy angustiados. Se votó otro paro para el lunes, pero nos llegó la información de la reincorporación del compañero. Lo logramos con la medida de fuerza”, afirmó Claudio Gómez, delegado de Sutecba en ese hospital.
Hubo otros cuatro trabajadores a quienes no les renovaron sus contratos para trabajar en las Unidades Febriles de Urgencia (UFU), pero también se está negociando por estar horas la posibilidad de que se reintegren a las áreas ministeriales de las que provenían.
“Somos más de 150 en el hospital entre enfermeros, técnicos y administrativos contratados desde 2020 para enfrentar la pandemia. Queremos el pase a planta permanente para todos”, pidió Gómez, mientras el paro de este miércoles continúa: “Están cerradas todas las ventanillas de turno cerradas y no hubo consultorios externos”.
El temor a los “despidos encubiertos” con la no renovación de contratos venía siendo advertido desde otros hospitales como el Durand, donde hubo asambleas y concentraciones para exigir el pase a plante del personal que le puso el cuerpo a la pandemia. Allí hay 184 puestos en riesgo, y alrededor de 2000 entre todos los hospitales del distrito.
“En el Durand todavía no dejaron cesante a nadie. El primer cesante fue acá –dijo Gómez- Para mí es una prueba piloto a ver qué hacíamos, si reaccionábamos o no. Creo que tiene que ver con eso. Pero el paro fue contundente y eso hizo que el Gobierno de la Ciudad retroceda en su actitud con un compañero que se bancó gran parte de la pandemia trabajando”.