Con 4000 años de historia y constantemente en evolución, sigue siendo irresistible para la mayoría de los mortales.
Se cree que el primer helado de la humanidad, se originó en China hace unos 4,000 años. Sin embargo, nada tenía que ver con el helado tal y como lo conocemos, su textura era similar a un granizado o a un trozo de hielo saborizado pero lejos de ser cremoso. Solo un sector de afortunadxs, podían permitírse consumír una masa congelada, elaborada con leche, arroz y algunas especias, a las que en algunos casos se le agregaba jugo de frutas o miel para endulzar la preparación. Este es considerado el primer helado de la historia y su fama se propagó por todo el mundo occidental, adaptándose y evolucionando en cada gran civilización a lo largo de su viaje.
Fueron las rutas comerciales las que llevaron la versión original del helado al gran Imperio Persa, donde obtuvo una buena bienvenida por parte de las clases altas. Se dice que en la época de verano, los esclavos transportaban nieve en sus espaldas desde las montañas para ser almacenada en las primeras cámaras frigoríficas de la historia, que eran espacios subterráneos con ventiladores. Las recetas de helado persa con néctar de frutas, miel y azafrán fueron copiadas por los griegos y los romanos. Incluso el emperador Nerón solicitaba nieve de los Alpes para poder refrescarse en verano con esta deliciosa preparación helada.
En aquellos viejos tiempos, producir helado se trataba de una tarea difícil, permitida solo a magnas civilizaciones capaces de recolectar y almacenar el componente principal del helado de la época, la nieve. Durante la Edad Media, los únicos capaces de hacerlo fueron los árabes, quienes cargaban hielo en sus camellos desde las montañas para que sus califas y sultanes disfruten de un refrescante sharbat, que fue el precursor del sorbete. Ellos mismos reintrodujeron el helado en Europa a principios del segundo milenio, a través de Andalucía.
Esta tentación, que hemos adoptado y reversionado de la cocina italiana durante el siglo XX, tiene su origen en China hace unos cuatro mil años y se ha ido asentando y reversionando en cada gran civilización que ha encontrado en su camino. Desde Persia hasta Europa, pasando por el mundo árabe, esta irresistible preparación se ha convertido en una de las más populares y consumidas en todo el mundo.
C.S