La Primavera también tiene un lado B

Los cambios que trae aparejados la llegada de la Primavera, en la dinámica de la vida de las personas son, frecuentemente, bienvenidos. Con los días de sol, de temperatura más cálida, llegan las oportunidades de estar y compartir momentos en espacios verdes y al aire libre, que tendrán el protagonismo para el acontecer del encuentro, el amor, la amistad y la familia. Todo esto, generalmente, acarrea también una buena predisposición en función del mejoramiento del estado de ánimo, la energía y las ganas de salir de casa.

Ahora bien, no para todos las circunstancias son similares. Existen personas para las que, esta apertura, puede resultar de gran incomodidad, en relación a una mayor exposición a presiones de índole social; cierto es que disminuyen las excusas para quedarse en casa por el frío, la ropa cambia y revela disconformidades con el propio cuerpo o posibles complejos, y la interacción interpersonal parece incrementarse, lo que podría habilitar, en algunos casos, procesos ansiosos o malestares para convivir con la vergüenza y la timidez.

“La estación del amor” puede generar algunas cuestiones:

– Iluminar algunas “soledades dolorosas”, que no logran ser revertidas en quienes predominan miedos e inseguridades.

– Alteraciones en el sueño –por el cambio de las horas de luz– del apetito, de la vitalidad, contrariamente a lo que ocurre “afuera”.

– Se pueden dar muchos factores que intervengan en la calidad de vida, los que pudieron haber acompañado al invierno en los hábitos de refugio.

Estas dificultades para adaptarse –saludablemente– a la época del año, que tan relacionada con el amor y la alegría suele acontecer en el colectivo social, pueden merecer una revisión de la experiencia, de las emociones que aparecen a raíz de esta etapa y de las vivencias que se atraviesan subjetivamente.

La llegada de la Primavera, un simple cambio de estación que deja caer el velo gris del frío y de la humedad, puede poner de manifiesto procesos internos que han estado en latencia y que merecen ser amorosamente atendidos para –junto con la naturaleza prevaleciente– florecer.

La orientación y el acompañamiento para el desarrollo de las personas que ofrece el Counseling proponen conocerse, reconocerse, revisar hábitos, incorporar nuevos y elegir –tomando decisiones de diversa índole– una vida de calidad que acompañe a la naturaleza y en la que los potenciales de todos los seres se manifiesten en su mejor versión.

Clr. Analía Cordero
Miembro de la Asociación Argentina de Counselors

Acerca de la Asociación Argentina de Counselors

La Asociación Argentina de Counselors (Consultores Psicológicos) nuclea a los profesionales de esta disciplina desde 1991 y obtuvo su Personería Jurídica como entidad civil sin fines de lucro en 1993. Los objetos de la Asociación son: nuclear a los profesionales Counselors; generar espacios de capacitación y actualización; establecer las normas generales y el código de ética y velar por su fiel cumplimiento; promover la realización de trabajos de investigación y su difusión; establecer vínculos, suscribir acuerdos y convenios de cooperación con otras instituciones y organizaciones; proporcionar asesoramiento profesional; crear espacios para compartir experiencias profesionales y recreativas; y hacer del Counseling una acción preventiva, promotora del desarrollo y bienestar de las personas.

Acerca de la disciplina

La especificidad del Counseling es el desarrollo y el bienestar personal, su tarea de ayuda está dirigida a personas que necesitan un espacio de escucha y acompañamiento para comprender mejor sus problemas, tomar decisiones, o realizar cambios en algunos aspectos de sus vidas. El Counseling viene a llenar parte de un vacío socio-cultural, como una oportunidad para el desarrollo de las potencialidades de la persona, para que estos puedan reconocer sus propios recursos internos.

Como abordaje el Counseling no procura una cura, se corre del paradigma médico terapéutico; es una disciplina que interviene en el área de la promoción del desarrollo humano y el bienestar. Es decir, no actúa en campos donde ya existen otras profesiones que dispensan atención a personas afectadas por trastornos de la conducta o de la personalidad.

Se trata de una profesión que facilita, por medio de un proceso acotado en el tiempo y encuadrado en sus objetivos específicos, áreas y medios de intervención, un proceso de cambio a personas, parejas, familias y grupos. El profesional facilita la resolución de problemas, fomentando el desarrollo, el despliegue del potencial de la persona y el cambio, sin que esto implique una reestructuración de la personalidad.

Contacto:
Asociación Argentina de Counselors
aac@aacounselors.org.ar

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