Estar preparados para todo… ¿es posible? Sin duda, no. Sin embargo la
pregunta no es obvia, porque muchos quisieran estarlo, prevenir la mayoría,
si no todas, las posibles circunstancias que pueden cambiarnos la vida, como
decimos, de un día para otro.
Aunque sepamos que es imposible anticiparnos a lo que pueda suceder, cuando
el temor por lo por venir se acentúa, cuando nos sentimos inseguros, cuando
vaticinamos lo peor o tenemos malos presentimientos, podemos sospechar que
estamos atravesando un momento depresivo. Es clásico el temor por un futuro
incierto y amenazante, pero a pesar de eso, no siempre la gente lo reconoce
como señal de depresión.
Muchas veces la depresión no se expresa clásicamente, es decir, como
desgano, tristeza, angustia. Asume formas menos reconocibles, pero muy
difundidas: cansancio, apatía, escepticismo, pesimismo, malhumor,
irritabilidad, ansiedad.
El cansancio, la somnolencia, por ejemplo, son signos típicos de depresión;
sin embargo suelen no asociarse a ese estado anímico sino adjudicarse al
exceso de trabajo o al mal dormir, ya que las alteraciones del sueño son
casi lo primero que se manifiesta cuando alguien está deprimido. “Dormir a
pata suelta”, descansar profundamente, lograr un sueño totalmente reparador
es incompatible con la permanente preocupación de una mente apesadumbrada,
inquieta por lo que se avecina, lo que no terminó de resolver, las cuentas
pendientes que martillan la cabeza.
Los estados depresivos pueden atenderse, siempre y cuando se reconozcan. Las
causas pueden ser tantas como personas hay, pero si no les damos el lugar y
la importancia que tienen, se expresan como pueden, de manera disfrazada.
Como el agua, que se escurre por donde encuentra una hendija, una pendiente
o una facilitación.
Reconocer los signos es la condición previa para “tomar la sartén por el
mango” y solicitar la ayuda que se necesite. Si insistimos con los
argumentos falaces, no hacemos más que postergar y prolongar el sufrimiento.
No habría razón aparente para no admitir algo que quizá los demás no duden
en calificarlo como depresión. ¿Entonces por qué el propio interesado se
resiste a reconocerlo? No es seguro que los profesionales podamos responder
esa pregunta, pero lo que sí podemos afirmar es que lo verificamos.
No basta con ofrecer ayuda, además hay que encontrar la manera de que el
otro pueda tomarla; aunque parezca mentira, esto lo comprobamos
cotidianamente. No porque le digamos a alguien que le ofrecemos la
herramienta para resolver un problema, eso basta. Recién allí empieza el
verdadero trabajo: lidiar con las fuerzas que se oponen a la curación y que,
la mayoría de las veces, no son consientes.
Acerca de la Fundación Buenos Aires
Fundación Buenos Aires (
www.fundacionbsas.org.ar) brinda a la comunidad asistencia psicológica para
niños, adolescentes y adultos sin lista de espera y respectando las
posibilidades económicas de cada persona que consulta.
Esta institución sin fines de lucro, con 17 años de trayectoria, se dedica a
la formación y asistencia en salud mental. Además, promueve el compromiso
solidario, científico y ético de sus profesionales, tanto en su práctica
clínica como en la formación y actualización permanentes y en el desarrollo
de la investigación.
¿Cómo acceder al tratamiento?
· Solicitando telefónicamente una entrevista, el horario
de atención es de lunes a viernes de 9 a 21 hs. y los sábados de 9 a 13 hs.
· El horario de la primera entrevista se acordará a la
brevedad según la disponibilidad de la persona que consulta.
· La atención es inmediata y sin lista de espera.
¿Qué se ofrece?
· Asistencia psicológica para adultos: tratamientos de 28
entrevistas.
· Asistencia psicológica para niños y adolescentes:
tratamientos de 18 entrevistas.
· Asistencia psicológica a familias y parejas:
tratamientos de 10 entrevistas.
· En todos los casos el pago de dichas entrevistas se
acuerda con el profesional respetando las posibilidades de la persona que
consulta.
Resultados de la labor:
· Estimulación de la capacidad de amar y crear vínculos
saludables.
· Estimulación de la capacidad de trabajar de los
adultos.
· Aumento de las capacidades de aprendizaje en los niños.
· Mayor adaptación de los adolescentes al ciclo escolar y
disminución de las deserciones escolares.
· Mayor integración familiar.
· Mejor inserción laboral, aumento de proyectos
personales.
Lic. Lila Isacovich
Directora del Área Asistencial de la FUNDACIÓN BUENOS AIRES
Más información:
www.fundacionbsas.org.ar
info@fundacionbsas.org.ar
4554-5407/ 5395
Av. Lacroze 2666 – Dpto. A – Ciudad de Buenos Aires