Desde 1894, el primer Gran Depósito Distribuidor de agua potable que tuvo la Ciudad sigue ubicado en la esquina de Córdoba y Riobamba.
Ubicado en la esquina de la avenida Córdoba y Riobamba, el Palacio de Aguas Corrientes, ocupa toda la manzana. Desde 1894 se ubica ahí, el primer Gran Depósito Distribuidor de agua potable que tuvo la Ciudad. Para conocer todo “Lo bueno del agua” podés recorrer la historia de este edificio a través de su página web.
El sitio ofrece material descargable, fichas informativas y videos de Youtube, clasificados en función de cada nivel de enseñanza, entre otros recursos. Los contenidos fueron organizados entre AySA, el Ministerio de Educación y la plataforma educativa Juana Manso y tocan historia, salud, medioambiente y servicios esenciales, entre otros temas.
lobuenodelagua.com.ar, te lleva a un tour virtual por el museo del Palacio de Aguas Corrientes, declarado Monumento Histórico Nacional en 1989, entre otras actividades educativas y culturales.
Este paseo permite conocer los tres pisos de tanques sostenidos por 180 columnas, concebidos para albergar más de 72 millones de litros de agua.
También, se pueden ver piezas antiguas, que recopilan la historia de las obras de salubridad e higiene pública, ya que la red de agua potable y cloacas de la Ciudad se creó como solución a otras epidemias, que asolaron la ciudad en una época en que no era fácil deshacerse de las aguas servidas o lavarse las manos, mucho menos contar con agua limpia para beber.
Tras de la epidemia de cólera en el año 1869, Buenos Aires se convirtió en una de las primeras ciudades de América en tener su sistema de aguas corrientes. Un año más tarde se desató , con un rebrote
La tragedia que significó la epidemia de fiebre amarilla en 1871 y el saldo final de 14.000 víctimas, el 8% de la población porteña, fue el motor que impulsó el desarrollo de un nuevo sistema de saneamiento, ideado por el inglés John Bateman en 1872, que incluía grandes obras de infraestructura y tendidos de redes de agua y cloacas.
Buenos Aires pasó de 180 mil habitantes en 1860 a un millón a principios del 1900, por lo que ese primer sistema quedó obsoleto, y hubo que poner en funcionamiento una segunda red en los años 20 , mientras que a finales del 40, una tercera. Hoy, los caños históricos siguen transportando las aguas negras a través de 25 kilómetros, hasta una planta en Wilde que las trata y las libera en el Río de la Plata.
Explica también por qué el ser humano, con un cuerpo compuesto por un 70% de agua, necesita del fluido para sobrevivir. Entre otros motivos, se detalla que regula la temperatura temporal; permite la absorción de los nutrientes esenciales, y ayuda a eliminar toxinas y desechos de los órganos internos.
En la presentación del sitio, la presidenta deAySA, Malena Galmarini, destacó que los contenidos también están dirigidos “a aquellos que se interesan por el conocimiento, por aprender, por adquirir mayor información sobre temas tan centrales. El eje agua nos atraviesa en todas las dimensiones de nuestra vida”.
La web ofrece herramientas para conectarse con el archivo de planos, declarado Bien Histórico Nacional. Habitualmente consultado por investigadores, especialistas y estudiantes, ahora brinda información online sobre cómo solicitar planos, entre otros puntos.
El edificio que deslumbra desde hace 126 años y que alberga una infraestructura sanitaria monumental y una colección de piezas históricas sobre el agua y el sistema de saneamiento, espera nuevamente visitas cuando termine la cuarentena.