Quechua, La Catedral del Pisco y Cátulo del Tango. Los imperdibles del Abasto.
Tratándose de uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad de Buenos Aires, el Abasto shopping comprende dentro de él todo tipo de tiendas de ropa, tecnología, perfumería, un cine y un patio de comida rápida. Pero si nos sumergimos en la zona adyacente al Abasto, podemos encontrar restaurantes de excelente calidad, con precios muy amigables, que sin duda apreciaremos mucho más que un local de comida rápida.
En este recorrido, nuestro punto de partida, será Quechua, situado sobre Carlos Gardel 3163, fundado por su propio chef Julio Marín y especializado en cocina peruana, aquí podremos descubrir el verdadero sabor de la gastronomía peruana, de calidad excelsa, a un precio muy accesible.
Con una excelente carta de tragos, de bebidas como el chilcano clásico (pisco peruano, jugo de limón, amargo de angostura, azúcar, hielo, ginger ale y limón), o una elección popular de la clientela de Quechua como lo es Cusqueña, una cerveza peruana. Son un clásico las “rondas de la casa”, entradas para compartir entre grupos grandes, con opciones como brochetas de pescados, ceviche clásico, y langostinos envueltos en masa de wantan. La gran variedad de pescados, son la estrella de los platos principales, entre ellos el salmón rosado, lenguado quechua (lenguado relleno de mariscos y salsa de mariscos, acompañado de papas y arroz blanco), como así también, lomo, pato, y saltimbocca de pollo. A la hora de los dulces, nada mejor que una tradicional torta tres leches y/o un alfajor quechua.
Es el turno de La Catedral del Pisco, ubicada en Av. Corrientes 3126. Lleva más de 10 años abierto, y recientemente amplió su carta con la ayuda del chef José Castro Mendívil. El restaurante se encarga de fusionar la gastronomía argentina, con la cocina peruana, con una gran oferta de platos, acompañados de una barra manejada por el bartender Brusse Lozada, en la que se sirven todo tipo de cócteles, jugos naturales y cervezas. Destacan platos como la causa limeña, la leche de tigre apaltada, ceviche, y pescado frito con camarones.
Todo esto en un ambiente de lo más agradable, con música en vivo, murales coloridos, especialmente uno ubicado al final del restaurante, inspirado en un baile de la cultura Chanka. Luces de neón violetas, asientos altos en la barra, mesas formales y bien arregladas, bajo una iluminación tenue en ciertos sectores del restaurante, hacen que La Catedral del Pisco sea un excelente lugar para sentarse y disfrutar de una buena y abundante comida.
Nuestra última parada será en Cátulo del Tango, ubicado en Dr. Tomás Manuel de Anchorena 647. Es un restaurante que puede atender hasta 220 clientes. Ofrecen dentro de sus puertas un show conceptual con lo mejor del tango, clásico y moderno, con una esmerada producción artística, y un alto impacto despliegue coreográfico que no defraudará a ningún espectador. Aquí la música porteña se une con todos los sentidos, y cada uno de los espectadores podrá disfrutar al completo cada momento del show desde cualquier lugar del Cátulo del Tango, ya que el salón fue especialmente diseñado con este propósito.
El show se realiza en 20 cuadros y tiene 7 cambios de vestuario, con una asombrosa coreografía, sonido, dirección de luces y soporte audiovisual. En cuanto al menú, la oferta en cien por cien gastronomía clásica argentina, con algunos toques contemporáneos. Podremos encontrar pastas, pescados y cortes de carne tradicionales. Algunos platos destacados son las empanadas de la casa, la “Tinta Roja” (chorizo de ternera al Malbec con milhojas de papa), “La Cantina” (ravioles negros de salmón con caviar y gambas), “Caracola” (pescado de temporada con azafrán y salsa de gambas acompañado de papines andinos), y como postre, te recomendamos “El Circo se va” (crème brûlée).
Txt: Max D.