Nacido el 27 de Marzo de 1901 en Balvanera, destacado por reflejar en sus letras las dificultades económicas y sociales de los años 20 y 30.
Enrique Santos Discépolo, conocido también como Discepolín fue compositor, músico, dramaturgo y actor argentino, recordado particularmente por haber compuesto varios de los denominados “tangos fundamentales”, o “tangos de oro”, destacándose Yira, yira (1929), Cambalache (1934), Uno (1943), y Cafetín de Buenos Aires (1948).
Nació y murió en el barrio porteño de Balvanera. Su hermano Armando Discépolo, 14 años mayor que él se convirtió en su maestro luego de la muerte de sus padres y junto a él comenzó su camino actoral en 1917.
En 1918 escribió sus primeras obras de teatro: El señor cura, El hombre solo y Día feriado. En 1923 actuó en la obra Mateo, escrita por su hermano. Prosiguió escribiendo para el género teatral y al mismo tiempo, en 1925, compuso la música del tango Bizcochito y la letra y la música de Que vachaché.
En 1928 compuso el tango Esta noche me emborracho, popularizado por Azucena Maizani. Más tarde, escribió Chorra, Malevaje, Soy un arlequín y Yira, yira, entre otros.
Entre 1931 y 1934 escribió varias obras musicales, entre ellas, Wunderbar y Tres esperanzas. En 1935 viajó a Europa y a su regreso se vinculó al mundo del cine como actor, guionista y director. Simultáneamente escribió y compuso sus tangos más notables Cambalache (1934), Desencanto (1937), Alma de bandoneón (1935), Uno (con música de Mariano Mores, 1943) y Canción desesperada (1944).
A partir de 1943 en el marco de una campaña iniciada por el gobierno militar que obligó a suprimir el lenguaje lunfardo, como así también cualquier referencia a la embriaguez, la prostitución y el proxenetismo, el tango Uno quedó dentro de los censurados para su difusión.
Finalmente tanto Uno como muchos otros tangos pudieron volver a la radio, en 1949, luego de que Perón dejara sin efecto las directivas de censura, impuestas por el gobierno militar.
En 1947, compuso Cafetín de Buenos Aires (1948). Mientras continuaba produciendo películas, obras teatrales y tangos, algunos de los cuales fueron estrenados después de su muerte.
Finalmente, el 13 de abril de 1951, estrenó y protagonizó su última película como actor, dirigida por Manuel Romero, llamada El hincha. Allí quedaría inmortalizada su frase célebre: ..“El hincha es el alma de los colores, ese que no se ve, ese que da todo sin esperar nada, ese es el hincha… ese soy yo”., describiendo lo que sería para él un hincha de fútbol, pero a finales del mismo año, se dice que por un cáncer, se dice que estaba triste, el 23 de diciembre, un ataque al corazón se lo llevaba de este mundo.