Monumentos del barrio. Mausoleo Bernardino Rivadavia.

Bernardino Rivadavia fue el primer presidente argentino. Murió en 1857 y sus restos descansaban en el cementerio de la Recoleta. Pero en el año 1932 son trasladados a este mausoleo. Comencemos un poco con su historia, ya que es una de las más polémicas – e interesantes- en lo que respecta a monumentos de nuestra Ciudad.

El Mausoleo se encuentra ubicado – exactamente- en el centro de la Plaza Miserere, en el barrio de Balvanera (en ese mismísimo lugar entre los años 1806 y 1807 se libraron combates contra la invasión inglesa). Mide 15 metros de ancho por 24 y medio de largo, superando su altura máxima en más de 9 metros.

Está conformado por tres cuerpos hechos con 1600 bloques de granito gris traídos – exclusivamente- de Alemania. Sobre una de sus caras, una figura en bronce representa lo que sería la República y en su cara opuesta, justo junto a la efigie de Rivadavia, se encuentra en ingreso a la cripta que alberga el sarcófago con las cenizas del que supo ser el primer presidente de nuestra patria. En sus laterales podemos observar dos imágenes: una de Moisés, que vendría a representar la sabiduría y del otro lado, la figura de un hombre joven, representando a la acción y a la vitalidad.

Fue inaugurado el 3 de septiembre de 1932 y decimos que es un monumento cargado de polémica, ya que el mismo Bernardino Rivadavia pidió explícitamente no ser enterrado en Buenos Aires. La razón de dicho pedido se debe a que, en el año 1827, Rivadavia es exiliado en España a causa de la grave situación tanto política como económica que estaba atravesando el país, sumado al descontento que provocaba con su tan marcado centralismo. Esta decisión él la mantiene hasta el día de su muerte, pero sus restos son repatriados en el año 1853.

 El autor de dicha obra fue el escultor argentino Rogelio Yrurtia quien fue miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes y la Comisión Nacional de Bellas Artes. Fue distinguido con numerosos premios a lo largo de toda su gran trayectoria y, fue él mismo – además- quien supervisó la extracción de la piedra de las canteras que luego usó para crear este majestuoso mausoleo.

La obra es un bien declarado como Monumento Histórico Nacional según la Ley Nº 12.665, y pertenece – además- al Patrimonio Cultural de la Ciudad de Buenos Aires en el marco de la Ley Nº 1.227.
Txt Marie N