El Tropezón restaurante, ubicado en Avenida Callao 248 en el barrio de Balvanera, fue declarado Sitio de Interés Cultural por la Legislatura de la Ciudad. Por tal motivo se fijará una placa conmemorativa en la fachada del lugar.
El histórico restaurante nació en el año 1896 el asturiano Manuel Fernández y el gallego Ramiro Castaño fueron quienes lo inauguraron, funcionó hasta 1983 fecha en que cerró sus puertas. Luego de años de abandono, sus nuevos dueños consiguieron reabrirlo y recuperar con ello, una pieza importantísima de la historia de la cocina de los porteños.
Ubicado en la esquina de Callao y Bartolomé Mitre, con el tiempo se constituyó en un lugar emblemático de nuestra Ciudad.
El nombre del establecimiento se debe a los trozos pequeños de alimentos como jamón, legumbres, sopas y guisos. Entre las especialidades de la casa se encuentra el puchero de gallina, inmortalizado en la voz de Edmundo Rivero, en el tango “Pucherito de Gallina”.
El puchero argentino es una especie de guiso con distintos tipos de carnes (de hecho hay un corte de carne especial llamado “puchero” precisamente para este plato). Un buen puchero tiene papa, zanahoria, cebolla, choclo, zapallo y batata pero también puerro, chorizo colorado, tocino e incluso repollo y huevos.
Todos los domingos al mediodía y los miércoles a la noche hay un buffet de puchero en El Tropezón.
Mientras que los martes, el tropezón ofrece un imperdible show de tango y folclore a manos de excelentes músicos y cantantes.
Personalidades como Federico García Lorca, Irineo Leguisamo, Lola Membrives, los hermanos Discépolo, Aníbal Troilo, Ricardo Balbín, Alfredo Palacios, Irigoyen y Carlos Gardel, entre otros han pasado por este local.