Un repaso por la historia del Museo de Arte Moderno de Buenos Aires.

Ubicado en Av. San Juan 350 en San Cristóbal, por disposición del Gobierno de la Ciudad, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (y todos bajo su órbita) permanecerá cerrado y todas sus actividades presenciales suspendidas.

El Museo de Arte Moderno de Buenos Aires fue creado el 11 de abril de 1956 a través del decreto N⁰ 3527/56 por iniciativa de Rafael Squirru.

Rafael Squirru, fue su primer director, 31 años, abogado formado en la Universidad de Buenos Aires y, más tarde, en la Universidad de Edimburgo. Fue un apasionado por la cultura, y uno de los principales impulsores del arte argentino, acompañó y abrió puertas a los artistas de su tiempo, para su desarrollo en el país y el exterior.

Desde su origen, el Moderno es una institución vanguardista y un lugar donde confluyen diversas disciplinas artísticas. “Créase el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, que dependerá de la Secretaría de Cultura y tendrá por objeto principal ilustrar, de modo objetivo y documental, sobre todas las manifestaciones del espíritu cuyo carácter permita calificarlas con aquella denominación”. Establecía el decreto fundacional.

Durante los primeros cuatro años de su existencia, el museo fue nómade, debido a que su sede en aquel momento asignada, estamos hablando del moderno edificio del futuro Teatro Municipal General San Martín, en 1956 se encontraba aún en obra y recién se inauguraría a mediados de 1960. Para la prensa se trataba de un “Museo fantasma” y, cuando interrogaban a su director sobre el asunto, Squirru, aseguraba: “Le Musée c’est moi” (“El Museo soy yo”).

Para poner en marcha a esta nueva institución, el director organizó la afamada Primera Exposición Flotante de Cincuenta Pintores Argentinos. Entre los artistas contaban con Carlos Alonso, Juan Batlle Planas, Antonio Berni, Raquel Forner, Ramón Gómez Cornet, Juan Del Prete y Lino Enea Spilimbergo entre otros, que a bordo del buque Yapeyú, recorrieron veinte ciudades del mundo en 164 días con más 50 artistas argentinos exponiendo su obra.
Origina también una serie de espacios en la ciudad para realizar diversas muestras en los que se cuentan el Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, las galerías Peuser, Yumar, Galeria H, Rubbers, Lirolay, Witcomb, Van Riel y Pizarro, el Jardín Botánico y la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos.

Una vez finalizadas las obras del Teatro Municipal General San Martín, en 1960, el Museo instala su sede en los pisos ocho y nueve, y abre sus puertas con una importante exposición internacional: la Primera Exposición Internacional de Arte Moderno en Argentina, que incluyó obras de más de 240 artistas, entre los cuales cabe mencionar a Jackson Pollock, Le Corbusier, Jean Fautrier, Max Bill, Willem De Kooning, Karel Appel, Corneille, Antoni Tàpies, Candido Portinari y Lygia Clark; del lado argentino, se presentaron obras de un amplio abanico de artistas: Carlos Alonso, Antonio Berni, Ricardo Carpani, Ernesto Deira, Jorge Luis de la Vega, Juan del Prete, Raquel Forner, Nicolás Garcia Uriburu, Alberto Greco, Alfredo Hlito, Kenneth Kemble, Luis Felipe Noé, Eduardo Mac Entyre, Miguel Ocampo, Federico Peralta Ramos, Emilio Pettoruti, Rogelio Polesello, Luis Seoane, Lino Enea Spilimbergo, Clorindo Testa, Luis Alberto Wells y Yente.
Antes de finalizar su gestión, Squirru organizó la 1° Exposición Internacional de Diseño Industrial, con la que muestra su gran apertura hacia nuevos lenguajes y disciplinas.

En 1963 inicia su gestión Hugo Parpagnoli, crítico de arte y lo hace con una muestra del gran artista español Antonio Saura. El nuevo director sigue los pasos dejados por Squirru al dar inicio a la colección de fotografía del Museo con el ingreso de obras de grandes artistas como Makarius, Saderman, Copola y Sessa. También inaugura el ciclo de exposiciones de obras del patrimonio del Moderno y promueve que se instituyan los Premios Braque, Ver y Estimar, Salón Acrílico Paolini y el Salón de Swift de Grabado.

Parpagnoli extiende los límites de las categorías artísticas llevando adelante la mítica muestra Objeto 64, que actuó como un verdadero manifiesto ante la variedad de producciones que se estaban dando en el campo del arte.

En 1971 Guillermo Whitelow, arranca su primera dirección, gran impulsor cultural en la gestión pública, esteticista, profesor, escritor, poeta y crítico de arte contemporáneo, conducirá el Museo durante dos períodos: de 1971 a 1974 y de 1977 a 1983.
Durante su gestión se realizó diversas exposiciones de obras pertenecientes al patrimonio del Museo y exposiciones individuales de grandes artistas como Raquel Forner, Aldo Sessa, Pedro Figari y Edgardo Giménez, sobre cuyas producciones escribió ensayos y realizó investigaciones.
La formación de Whitelow contribuyó a que se le dé lugar a nuevas manifestaciones artísticas, como fue la exposición sobre Arte de Sistemas, organizada y proyectada por Jorge Glusberg y que contó con la participación de artistas nacionales e internacionales como Vito Acconci, Arakawa, Luis Benedit, Christian Boltanski, Christo, Mirtha Dermisache, Carlos Ginzburg, Víctor Grippo, Allan Kaprow, Joseph Kosuth, David Lamelas, Marie Orensanz, Luis Pazos, Alfredo Portillos, Juan Carlos Romero, Richard Serra, Edgardo Antonio Vigo.

Roberto del Villano (1983 – 1989), tuvo como director, el privilegio de mudar el museo a su lugar definitivo en Av. San Juan 350.
La Asociación Amigos del Museo de Arte Moderno, presidida por el arquitecto Santiago Sánchez Elía, tuvo mucho que ver en que el traslado fuera posible. La institución Amigos había sido creada en 1986 con el fin de gestionar fondos para la producción de distintas actividades de extensión cultural. La inauguración de la nueva sede tuvo lugar el 1⁰ de septiembre de 1989, evento al que asistieron más de cinco mil personas.

Bajo la dirección de Raúl Santana (1991–1997), el rebautizado MAMba fue testigo de las memorables exposiciones de Joseph Beuys (1993) y del Grupo CoBrA (1994), así como de muestras de los artistas argentinos Carlos Gorriarena, Clorindo Testa, Alberto Greco y Narcisa Hirsch.

Durante la extensa gestión de Laura Buccellato (1997–2013), las exhibiciones de la colección del Museo alternaron con muestras nacionales e internacionales, como las de Yoko Ono (1998), Juan Carlos Romero (2000) y Federico Manuel Peralta Ramos (2003).
En 2005, decidió afrontar una ampliación edilicia, debido al aumento del patrimonio y a la necesidad de contar con espacios más flexibles para la realización de exposiciones. En diciembre de 2010, se inauguró la primera etapa de la ampliación: un edificio de 11.000 m2, con extensas salas de exposiciones y espacios adecuados para la preservación del patrimonio artístico de conformidad con los protocolos y normas internacionales.
En la última etapa del proyecto de ampliación, el Museo de Arte Moderno permanecerá temporalmente cerrado.

En agosto de 2013 asumió la dirección Victoria Noorthoorn con el propósito de posicionar al Moderno como un museo líder de vanguardia en la ciudad y en el mundo, con contenidos artísticos de primer nivel internacional y para afirmar la historia de un Museo que desde su fundación siempre fue una verdadera casa para los artistas argentinos. Su intensa gestión ha incluido la profesionalización del Museo y del manejo de sus colecciones, la recuperación de un programa de adquisiciones, la organización de un importante programa de exposiciones de artistas tanto nacionales como internacionales y el inicio de las obras para duplicar la superficie de exposiciones y poner a punto el edificio del Moderno según el proyecto del arquitecto Carlos Sallaberry del estudio M/SG/S/S/S (Manteola/ Sánchez Gómez/ Santos/ Solsona/ Sallaberry/ Vinson), entre otros puntos de una gestión que Noorthoorn detalla en su texto “Palabras de la Directora”.
Durante este período, el museo ha recibido importantísimas donaciones. En 2014, la Fundación Augusto y León Ferrari Arte y Acervo donó 72 obras sobre papel de León Ferrari.
En 2015, tras presentarse La Menesunda según Marta Minujín, una reconstrucción fiel de la mítica obra La Menesunda, producida en 1965 por Marta Minujín y Rubén Santantonín, la obra se incorporó al patrimonio del Museo gracias al generoso gesto de Minujín.
En 2018, se recibió la generosa donación de ocho obras de la Colección Patricia Phepls de Cisneros (CPPC), una de las mayores colecciones de arte latinoamericano del mundo.