Los tratados de paz de la Organización de las Naciones Unidas, o las operaciones de mantenimiento de paz, son intervenciones ordenadas por la ONU con la acción de fuerzas militares cuyo objetivo es el de crear y mantener la paz en áreas de conflictos. Este proceso consiste en la monitorización de los conflictos, la observación de los procesos pacíficos y la asistencia a excombatientes. Las fuerzas pertenecen a los efectivos militares y policiales de los países de la ONU, entre los cuales se encuentran una totalidad de 124 países (de los 193 estados miembros de la organización), con miembros como Argentina, Canadá, los Estados Unidos de América, Rusia, China, Indonesia, India, Etiopía, Ucrania, Francia, y más.
El mantenimiento de paz está basado en tres principios: el consentimiento de las partes; la imparcialidad y el no uso de la fuerza, excepto en legítima defensa. Buscan inspirar seguridad y el apoyo político necesario para ayudar a los países en su transición a la paz. También se encargan de la facilitación de procesos políticos, la protección de civiles, el apoyo a la organización de procesos electorales, y la protección de los derechos humanos. Su éxito nunca está garantizado, ya que actúan en las situaciones más difíciles en las que se puede operar, pero durante sus últimos 60 años de actividad tuvieron bastantes éxitos, ayudando a naciones como Sierra Leona, Burundi, Côte d’Ivoire, Timor-Leste, Liberia, Haití y Kosovo, aunque también tuvieron operaciones que fueron consideradas deficientes, como las de Somalia, Rwanda y la antigua Yugoslavia. Igualmente, la ONU mantiene que estas situaciones la ayudaron a aprender ciertas lecciones y a mejorar su actuación. Actualmente se encuentran 12 operaciones activas, en Sudán, Congo, la República Centroafricana, Malí, Israel, Lébano, Chipre, Serbia, Jammu y Cachemira.
El mantenimiento de la paz comenzó en 1948, cuando se creó una entidad para supervisar el alto el fuego en Oriente Medio, los acuerdos del armisticio, vigilar que ningún incidente se convierta en un nuevo conflicto, y el apoyo de otras operaciones de mantenimiento de paz. Entre los estados del Oriente Medio, la mayoría de los geógrafos incluye a Turquía, Siria, Líbano, Israel, Jordania, Irak, Irán, Afganistán, Arabia Saudita, Yemen, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Bahrein, Kuwait, Egipto, Libia y Sudán. En el momento de su creación, el mundo se encontraba en un contexto turbulento, con las rivalidades de la Guerra Fría.
Las primeras dos misiones fueron la anteriormente mencionada ONUVT (Organismo de las Naciones Unidas para la Vigilancia de La Tregua) que actuó en Oriente Medio, y el UNMOGIUP (Grupo de Observadores Militares de las Naciones Unidas en la India y el Pakistán). Ambas misiones siguen en funcionamiento. La primera operación de mantenimiento de paz armada fue la FENU I (Fuerza de Emergencia de las Naciones Unidas) que fue desplegada para intervenir en la crisis del Canal de Suez. Esta operación resultó exitosa, y duró desde 1956 hasta 1967. Estas tres misiones mencionadas mantuvieron un personal relativamente bajo, entre los cientos de personas. Pero en 1960 se inició la ONUC (Misión de las Naciones Unidas en el Congo), en la cual intervinieron 20.000 soldados en su pico, de los cuales 250 perdieron su vida. Esta operación fue desplegada con la intención de conseguir que Bélgica retirara sus tropas del Congo, luego de que invadieran el estado aprovechando el estado de caos que se encontraba allí.
En las décadas de los 60 y los 70, la ONU mantuvo distintas misiones de corta duración, en la República Dominicana, en la Nueva Guinea Occidental y Yemen. También iniciaron operaciones de larga duración en Chipre y en Oriente Medio. En 1988, el personal de las operaciones de mantenimiento de paz de las Naciones Unidas recibió el Premio Nobel de la Paz, por sus esfuerzos para mantener la paz, contribuyendo a la organización mundial.
Luego de la Guerra Fría, las Naciones Unidas cambiaron el enfoque de sus misiones, transformando sus misiones de observación a actividades más complejas que luego se volverían claves para la organización, como la aplicación de acuerdos de paz y su mantención. Esto resulta relevante debido al aumento exponencial de conflictos y guerras civiles, que comenzó en 1989, con la ONU autorizando 20 operaciones en el corto período de 5 años, aumentando su personal de 11.000 efectivos a 75.000. Se mantuvieron en países como Angola, Camboya, El Salvador, Mozambique y Namibia.
En la década del 90, las Naciones Unidas se vieron sobre-exigidas, incapaces de responder a todos los conflictos que se encontraban alrededor del mundo. Se establecieron ciertas operaciones que fracasaron debido a que no se encontraba ninguna paz para mantener en esos estados: se encontraban en el medio de conflictos graves. Estos estados fueron Yugoslavia, Rwanda y Somalia. La Organización de las Naciones Unidas se encontró participando del genocidio de Rwanda en 1994, y en conflictos en la Antigua Yugoslavia entre 1993 y 1995. Después de estas misiones, la ONU decidió limitar el número de misiones de paz, y iniciar un proceso de reflexión.
En el siglo 21, se realizaron operaciones en Burundi, Chad y la República Centroafricana, Côte d’Ivoire, la República Democrática del Congo, Eritrea/Etiopía, Liberia, Sierra Leona, Sudán y Siria. En mayo de 2010, finalmente las cifras comenzaron a mermar, con la reducción de tropas en la República Democrática del Congo, y la retirada de la República Centroafricana y Chad. Muchas de las otras operaciones también finalizaron sus mandatos.
Vivimos en tiempos de conflictos extremos desde hace muchos años y sin perspectivas de acabar. La intervención de la Organización de las Naciones Unidas parece ser una herramienta de apoyo hacia los estados vulnerados, pero evidentemente insuficiente y sin la autoridad para evitarlos y/o ponerles fin.
Max D.