Distribuidos en diferentes puntos de la ciudad hayamos emplazadas obras de arte y monumentos colectivos aludiendo a momentos significativos o dramáticos de la historia y la identidad judía. Los dedicados al Holocausto y a los atentados en Buenos Aires a la Embajada de Israel y a la AMIA homenajean a sus víctimas y reafirman el compromiso con la memoria y la convivencia.
Monumento a Raoul Wallenberg
Ubicado en la Plaza Urquiza, en el barrio de la Recoleta, se encuentra el monumento a Raoul Wallenberg, diplomático suizo que salvó la vida de miles de judíos húngaros durante la Segunda Guerra Mundial.
A los héroes y mártires del Ghetto de Varsovia
Donado por la Federación de Entidades Culturales Judías de la Argentina, en el Parque Centenario se erigió el monumento recordario a la Shoá: “A los héroes y mártires del Ghetto de Varsovia” realizada por el artista plástico Carlos Biscione.
Museo del Holocausto
Con sede en la calle Montevideo 919, el Museo del Holocausto se destaca como espacio vivencial de la Memoria que integra la visión histórica de la Shoá durante la Segunda Guerra Mundial y sus repercusiones en la Argentina.
Atentado Embajada de Israel
El 17 de marzo de 1992 una bomba explotó la sede de la Embajada de Israel, que se encontraba en la intersección de las calles Arroyo y Suipacha. El acto terrorista dejó 29 víctimas fatales. Ocho años después se inauguró la Plaza Embajada de Israel en el mismo lugar, en memoria de las víctimas.
Homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA
El 18 de julio de 1994 la totalidad del edificio de la AMIA fue destruido por un ataque terrorista, con un fatídico saldo de 85 muertos y cientos de heridos. Dos años después, en Plaza Lavalle frente al Palacio de Justicia, se inauguró el monumento “Homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA”. La obra realizada por la escultora Mirta Kupferminc presenta un reloj señalando las 9:53, hora del atentado, y la frase “justicia, justicia perseguirás”. Estacas de quebracho recuerdan los nombres de las víctimas.
Placa recordatoria con nombres de las víctimas del atentado a la AMIA
En 1999 se inauguró en Pasteur 633 el nuevo y moderno edificio de la AMIA, también sede de otras instituciones de la Comunidad Judía.
Monumento a las víctimas de AMIA
En la Plaza Seca se encuentra la obra realizada por el artista plástico israelí Yaacov Agam en homenaje y recordación a las víctimas del atentado. La obra relata de manera visual una historia que empieza con el caos provocado por la explosión, y continúa llegando hasta el presente con una comunidad judía fortalecida y con renovadas esperanzas.
En la esquina de Corrientes y Reconquista, a cuadras del Obelisco, se encuentra el mural “Memoria Argentina” del artista Omar Panosetti inaugurado en el año 2010.
Estación de la Memoria “Pasteur-AMIA
En el 2015 se inauguró la estación de subte “Pasteur-AMIA”, de la línea B. Con intervenciones, murales, dibujos, fotografías y reproducciones de 25 artistas que renovaron por completo el lugar, la estación de subte Pasteur es, desde entonces, un espacio permanente de homenaje a las víctimas del atentado a la AMIA.
Muro de la Memoria, Malena Sukmann, 2018
Como parte de las iniciativas relacionadas con el 24º aniversario del atentado a la AMIA, la institución inauguró el “Muro de la Memoria”. El mural fue realizado por el artista Martín Ron sobre dos columnas que son la única memoria arquitectónica del viejo edificio, la obra vuelve a hacer visibles las marcas que permanecieron tras la destrucción.
Buenos Aires brindó un suelo donde asentarse y oportunidades de crecimiento a millones de personas que llegaron desde diversos lugares del mundo, asimismo recibió el aporte de los inmigrantes en distintos ámbitos. Dan cuenta de ello los diferentes reconocimientos a las personalidades y entidades expresados en plazas, plazoletas, calles, monumentos y placas dentro del espacio público.
Mástil donado por AMIA
También la comunidad judía porteña quiso expresar su agradecimiento donando a la Municipalidad en 1951 un mástil a ser instalado en la Plaza 1º de Mayo, predio en el cual había existido anteriormente el Cementerio de los Disidentes, primer sitio porteño de entierro de judíos.
En reconocimientos recíprocos la Ciudad de Buenos Aires homenajeó a muchas personalidades judías que se habían destacado en las artes, la política, las ciencias y el entretenimiento creando plazoletas, esculturas calles o placas con sus nombres.
Placa conmemorativa en la casa de Paloma “Blackie” Efron.
Paloma Efron (1912-1977), tambien conocida como “Blackie”, fue eximia periodista, pionera como conductora en la radiofonía y la TV Argentina, una de las mejores exponentes de la cultura bonaerense.
Homenaje a Tato Bores, Centro Marc Turkow, 2014.
Tato Bores (1927-1996), humorista y actor, se destacó por sus provocativos monólogos de humor político.
Jaime Yankelevich
Jaime Yankelevich (1896-1952) fue el pionero de la radio y la televisión argentina. En 1924 creó su primera emisora y en 1951 innovó trayendo al país la planta de transmisión televisiva. Momentos destacados de la historia argentina fueron conservados con sus grabaciones sonoras y visuales.
Rikudim en la Plazoleta Maimónides
Plazoleta en honor a Maimónides (1135-1204), también conocido como Rambam, médico, Rabino y teólogo del pensamiento judío medieval.
Escultura homenaje a Scholem Aleijem en el Paseo de los Poetas
Escritor judío de origen ruso, Solomon J. Rabinovich (1859-1916), más conocido como Scholem Aleijem, referente máximo del humor judío y autor de importantes obras de vigencia actual como “El violinsita sobre el tejado”, entre muchas otras.
Plazoleta Barón Hirsch
Barón Hirsch (1831-1896) filántropo judío alemán, fundador de la Jewish Colonization Association, entidad que promovió el establecimiento de muchas colonias agrícolas judías en diferentes provincias de la Argentina, de gran importancia para el país y para la Comunidad Judía argentina.
Calle Alberto Gerchunof en el barrio de Saavedra
Alberto Gerchunoff (1883- 1950) fue un gran prosista de la lengua española, maestro de periodistas y columnista en el diario “La Nación” durante más de cuatro décadas. Llegó desde Rusia a la Argentina en su infancia. Su obra literaria echó las bases de la literatura judía argentina con la publicación en 1910 de “Los gauchos judíos”.
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